La llamada “revolución de la primavera árabe”, no ha
consistido precisamente un paso hacia delante en cuanto se refiere a democracia
y libertades tal como lo entendemos en el mundo occidental, sino todo lo
contrario: unos estados con mayor peso religioso que no laico, y con ello un
mayor recorte de las libertades, en el sentido de que Estado y Religión van
juntos de la mano.
Llama la atención esa manera de protestar sobre la crisis de Egipto, aunque a
estas horas, con la nueva constitución propuesta por el presidente Cursi ya aprobada,
lo que ha hecho es dar un paso atrás, afirmando el predominio islamista basado
en la sharia como formula política y social para el país. Un régimen
semi-medieval, en plena época cibernética del chip.
Pero la foto de arriba, que simboliza la protesta a favor de un estado
laico, lo expresa todo.
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